Resumen:
Históricamente la dinámica mercantil en los diferentes medios de producción siempre se ha regido por las leyes de la oferta y la demanda, iniciando por el rudimentario trueque de objetos, hasta llegar a un nivel más desarrollado en el ámbito empresarial, donde las corporaciones en su afán expansionista y de liderazgo utilizan métodos matemáticos aplicados a reducir el riesgo en el intercambio y compra venta de acciones, dado que una decisión bursátil de tal magnitud podría significar en determinado momento el quiebre de cualquier empresa o al menos una descompensación de capital que los saque de juego y les impida competir con otras similares por un lapso considerable de tiempo en el que a toda costa deberían recuperarse. Si hablamos de bolsa de valores, cualquier corredor amateur sabe que el terreno de las acciones es inestable, y que estas cambian su cotización en bolsa con la misma velocidad que un noticiero anuncia un desastre natural en la zona donde se ubican las fábricas o las mercancías de la empresa en cuestión.