Resumen:
Cuando un texto se enuncia con una perspectiva tan comprometedora en lo teórico, no busca exagerar su indagación, cosa muy común de la que quiere alejarse el autor, sino se traza la intención de ofrecer una nueva manera de evaluar una disciplina que tiene pocos estudios en el ámbito universitario, quizá por una creencia errada de simplicidad o de sobreestimación de su corpus académico para abordarlo críticamente. El asunto es que la proliferación de páginas donde son ponderadas las virtudes de un modelo curricular, desconoce el carácter subjetivo de todo programa docente, su condición de arreglo pedagógico y la función determinante de la estructura social del estudio en sus puntos de vista sobre la propuesta que está analizando. Hacia aquí va la intención que animó a redactar este libro: incorporar una serie de cuestionamientos que favorezcan la productividad de los docentes quienes pasarán a una autorreflexión después de concluida la lectura. Muchas veces estamos requeridos de que alguien nos propicie opiniones divergentes para asumir que estamos compartiendo el conformismo y reaccionar contra él. En atención a tales razones se produce un estudio que desde varias disciplinas va colocando ideas que no intentan polarizarse en buenas y malas porque lo deseado es habitar los espacios vacíos del diseño en su versión curricular para formar al ingeniero en diseño gráfico. La apelación a la semiótica y la sociología se fundamenta en que ambas están conectadas con el diseño debido a que el mismo es definido en el pensum como una comunicación gráfica.
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