La litispendencia y las acciones posesorias que permiten el efectivo ejercicio del derecho a la propiedad

Abstract

El origen de las acciones posesorias nacen en el derecho Romano, donde se las conocía como interdictos, provenían del Pretor y se daban cuando una persona alteraba una posesión. Las acciones posesorias tienen como objeto principal el de proteger la posesión, ya sea que las acciones estén destinadas a conservar o recuperar la posesión del bien inmueble; para esto el bien sobre el que versa la posible acción debe cumplir con dos requisitos, que es que el bien sea susceptible de posesión y el otro es que se pueda adquirir por prescripción. En nuestra legislación, constan cinco clases de acciones posesorias; que a su vez se dividen en dos grupos: en el primero se encuentran la querella de amparo, la acción de restitución y la querella de restablecimiento; en el segundo grupo, que son las acciones posesorias especiales, están: la acción de obra nueva y la querella de obra ruinosa. Las acciones posesorias causan tres efectos, que son: recuperación, restablecimiento además del efecto de conservación. Al haber varias causas en materia de acciones posesorias surgen litigios pendientes, entre los mismos sujetos y sobre la misma materia, sobre un mismo objeto naciendo la llama litispendencia que no se encuentra normada en la legislación ecuatoriana, solo la menciona como una causa de excepción convirtiéndose por lo tanto en un asunto doctrinario y jurisprudencial, la falta de una clara y específica dirección en cuanto a la litispendencia, trae consigo algunas dificultades en cuanto a su manejo y procedimiento.